martes, 8 de marzo de 2011

Camino a Jujuy.


Tras varios días de inspiración pre viajeril, el gran día había llegado, mochilas armadas primeras coordenadas trazadas, emprendíamos lo que seria nuestro primer gran viaje juntos.
Dejamos nuestra casa a cargo de Virginia, una amiga de Tucumán que venia a vivir a Buenos Aires, así que su primera experiencia en la Capital, seria en nuestra casa.
Al escuchar el bocinazo, Matías y yo, nos despedimos con una ultima mirada a la casa buscamos nuestras mochilas y a nuestro entrañable perrito Zato y nos montamos al auto de mi mama, quien nos llevaría hacia la “Terminal de ómnibus”, en la calle Misiones al 100 de donde saldría nuestro micro con destino a San Salvador de Jujuy.
El buen hombre que nos había vendido los pasajes al módico precio de $220 cada uno, nos dijo que estemos en el lugar una hora antes, si deseábamos elegir nuestros asientos, ya que no son numerados. Este tipo de micros, es de la misma categoría de cualquier otro que salga de Retiro, la diferencia esta en que estos se dedican a llevar y traer gente de los tours de compras y al no tener oficina en Retiro, no pagan los impuestos que la Terminal cobra a las empresas, esto se ve reflejado en el valor al publico del pasaje.
Al llegar a dicho lugar, nos despedimos de mi mama y hermana Bettina y por supuesto muy emotivamente de Zato. Al visualizar la cola de espera del micro, notamos que éramos los únicos dos pasajeros que no éramos de Jujuy, ya que estos son utilizados por un publico en su mayoría local “si se habla del Norte”, y algún que otro mochilero audaz…como nosotros.
Luego de una hora de retraso y un breve encuentro con Liliana, la mama de Mati, subimos al micro con una gran adrenalina y expectativa de nuevos horizontes.
Al los 20 minutos de viaje, uno de los conductores del micro, paso a ver si la gente estaba bien, y luego pidió por el alto parlante que el uso de los baños sea prudencial ya que el viaje era largo (20 a 22 horas) y ellos podían parar si algún pasajero lo necesitaba.
La atención y el manejo de los chóferes, fue realmente impecable durante todo el trayecto, no cambiaria mi decisión de optar por este viaje alternativo por nada y lo recomendaría a todos aquellos que deseen viajar al Norte desde Buenos Aires.
La primera parada, fue en una gran estación de servicio en Ameghino, Santa Fe.
Nuestro menú no estaba librado al azahar ya que teníamos unos sándwich de pan casero hecho con mis propias manos y unas frutas para el postre. Disfrutamos de nuestra cena bajo una luz alógena y mil cascarudos suicidas que tenían como destino final, mi cabeza. Tome un paseo por el interior del gran lugar y observe los productos a la venta, lo que mas me llamo la atención, fue una gran juguetería llena de colores.
Al subir al micro una película de Mel Gibson y un Valium fueron la razón de luego de diez horas despertar placidamente con el sonido de la lluvia en lo que seria el segundo parador para desayunar, Fernández, Santiago del Estero. Sentía que algún duende había masajeado mi cuerpo durante la noche, la mágica pastilla me ayudo a relajar mis músculos de pie a cabeza.
Una torrencial lluvia despejo mis sentidos por el gran chapuzón que me dí al cruzar el camino que me llevaba a la cafetería. Aproveche el momento para darme una refrescadita facial en el baño mientras me deleite con una jugosa conversación entre tres prostitutas que reían sin parar. Al volver a la mesa donde me esperaba Matías, se inicio una conversación con dos mujeres, madre e hija que nos hicieron una recomendaciones acerca de Jujuy y la policía, vaya a saber porque la mujer mas parecida a “ El Piti” el cantante de “Viejas Locas”,que vi en mi vida, pensó  que necesitaríamos sus consejos; igualmente alegraron pintorescamente mi mañana.
El micro arribo a San Salvador de Jujuy a las 18 horas, por suerte, la lluvia había cesado…al menos por un rato. Al conseguir nuestro equipaje, una banda de carnaval nos dio la bienvenida a todo trapo. Rápidamente buscamos el colectivo de la línea 11 A, con destino a Yala, ubicado a 15 Km. aproximadamente de San Salvador. Mientras esperamos el colectivo, hablamos con algunos locales y observamos los tantísimos puestos de comida, panaderías, sándwich de milanesa hechos a la vista del comensal y “Salchipapa” algo que aun no he comido aun, pero que sin duda haré.

Yala.

Yala, es un pequeño poblado ecológico de camino a Humahuaca,  a 1200 M.S.N.M, lo que lo hace un lugar ideal para la adaptación a la altura, cosa fundamental, si se quiere subir por la provincia, ya que la geografía va en ascenso hacia el punto Norte del país.
La gente local, anuncia con humildad, que Yala es solo un lugar de paso para viajeros, pero no es solo eso, esconde maravillas que esperan ser descubiertas por el viajero a cada paso.
Yala esta cercada por cerros, arroyos y el rió Yala, también es zona de Yungas, y un lugar con contaminación Cero. La abundante vegetación, hace que el lugar esta totalmente oxigenado, lo que permite una eficaz oxigenación del cuerpo en contraste con la puna, donde el clima es seco.
La hoteleria de la zona es bastante amplia, hay oferta de todas las categorías, hostales, cabañas, camping y bungaloes.
La gente de “La casona del camino real”, nos invito a conocerlos, y por supuesto, fuimos encantados.
Al llegar,  una impactante entrada de verdes pastizales y un largo camino de piedra anunciaban la recepción del hotel. Fuimos amablemente recibidos por Ana Luz Zabala,  encargada y anfitriona del establecimiento, por quien fuimos conducidos a una de las siete habitaciones que el hotel tiene para ofrecer a sus pasajeros.
Luego de descansar un rato, salimos a recorrer el lugar, ya que teníamos pactado un informe para la guía de hoteles de El Disfrute, de Mar del Plata.
Un parque trasero que incluye un estanque con cascada de 3 hectáreas parquizadas de las 8 que conforman el predio, hacen el lugar ideal para la meditación y la lectura.
Un cristalina piscina a lunares celestes y azules es el cuadro natural al que se accede desde la suite nupcial,  que incluye hidromasaje, un confortable cama King size, plasma y Dvd, esto ultimo, puede parecer algo banal, pero no lo es si tu estadía es entre los meses de Enero y Febrero, ya que contrario a lo que podría creerse, en el Norte, es época de lluvias.
El salón comedor cuenta con capacidad para 200 personas, ya que también se utiliza para eventos y resto gourmet, especializado en Cocina de altura, con una amplia carta diseñada por Franco……propietario y chef del hotel, quien heredo la pasión de su abuela materna por la cocina. La carta  incluye, carnes de llama, cordero y la especialidad de la zona, trucha de Yala.
Una actividad fundamental que no se puede dejar de lado si se visita Yala, es la caminata a los Lagunas, ubicados a 2000 mts de altura, se puede acceder a ellos a pie, en auto o bicicleta por un empinadísimo camino de ripio de 8 km.
Al comenzar nuestra caminata, no habíamos tenido en cuenta, ni el horario, ni el clima, ni la lejanía del destino de la expedición. Al salir del hotel, hicimos Autostop a un automóvil que pasaba por allí, amablemente accedió a llevarnos hasta el comienzo del camino de ripio, desde donde se comenzaban a contar los kilómetros. Luego de un largísimo rato de caminata aproximadamente unos 3 Km. en subida, mi cuerpo comenzó a cansarse por demás y comencé a tratar de convencer a Matías, de hacer dedo nuevamente. Gracias a Dios, una camioneta Ford Ranger roja, pasó a nuestro lado y decidió llevarnos. Una mujer de unos 40 anos manejaba como una experta por los caminos de cornisa, mientras nos contaba que ella había trabajado hace ya algunos anos de guardaparque y conocía muy bien esos cerros y sus secretos, ahora se dedicaba a la producción de moras, arandanos y frambuesas en su finca en lo alta de cerro. También nos advirtió acerca de la lluvia que se avecinaba y del abrupto descenso del clima, por tal motivo decidimos visitar rápidamente la primer laguna “El comedero” y luego ver como estaba el clima para continuar…o regresar.
Al descender hacia la laguna, una extraña sensación de estar en otro lado, nos invadió por completo, si el día hubiera tenido un tinte liliáceo, podría asegurar que era el envoltorio de un alfajor Milka. La cabaña, la vaquita y el lago, solo faltaba la nieve, si una nave alienígena me raptara y me dejara allí, podría asegurar estar en el sur del país, en Suiza, pero sin dudas…..no en Jujuy!
Luego de contemplar el paisaje, apreciar el silencio y respirar el aire puro, tal como había vaticinado la Mujer de la finca, la temperatura comenzó a descender rápidamente. Al dar los primeros pasos para retornar, la suela de mis Niké ultra hermosas y cómodas proporcionadas por mis amiga del alma Gigi, se desprendieron por completo, primero una, luego la otra, Matías las reparo momentáneamente con banditas elásticas, pero no sirvió por mucho tiempo, me tropecé varias veces con mis propios pies y aun me quedaban 8 kilómetros en bajada de ripio y la lluvia amenazaba con hacerse presente, finalmente las dos suelas de desprendieron por completo y comenzó a gastarse la goma espuma interior, con cada paso sufría por mi amiga que tan generosamente me había prestado su calzado, pero no había remedio, las zapatillas estaban rotas…y sin arreglo. Con algún kilómetro de zapatilla gastada encima, un automóvil paso a nuestro lado y una vez mas, la suerte estaba de nuestro lado, nos hicieron un lugar en el asiento trasero para llevarnos de vuelta al hotel. No recuerdo el nombre de los pasajeros del auto, pero el conductor y una de sus pasajeras quien era su comadre, planeaban el bautismo de Marino, el pequeño hijo del conductor, en una de las tantas cascadas, así que de regreso, paramos a hacer una mojadita en todas las pequeñas cataratas, para ver cual seria la elegida para tal ocasión, mientras su anciana y dulce abuelita, aguardaba en el auto nuestro regreso.
 Durante el trayecto podrán hacer avistaje de aves, bañarse en alguna de las tantísimas cascadas que bajan con furia desde lo alto del cerro, observar “La Quebradita”, los “Altos hornos Zapla” y su humo eterno, también se practica la pesca del salmón y la trucha si se esta equipado.
Recomendaciones: Salir temprano por la mañana, calzado apto para la caminata, protector solar, repelente para mosquitos, agua y alguna ropa de abrigo ya que el clima puede cambiar abruptamente.
Al regresar al hotel un casamiento de 170 personas invadía las instalaciones y daban lugar a una gran fiesta. Conversamos con el barrillero quien nos convido un exquisito y tierno asado de tira. Al caer la tarde, la lluvia se abrió camino con todo y nos impidió salir del lugar. Generosamente Ana Luz, nos ofreció parte del menú del evento para que no tengamos que mojarnos al salir en búsqueda de nuestra cena.