Tras varios días de inspiración pre viajeril, el gran día había
llegado, mochilas armadas primeras coordenadas trazadas, emprendíamos lo que
seria nuestro primer gran viaje juntos.
Dejamos nuestra casa a cargo de Virginia, una amiga de Tucumán
que venia a vivir a Buenos Aires, así que su primera experiencia en la Capital, seria en nuestra
casa.
Al escuchar el bocinazo, Matías y yo, nos despedimos con una
ultima mirada a la casa buscamos nuestras mochilas y a nuestro entrañable
perrito Zato y nos montamos al auto de mi mama, quien nos llevaría hacia la
“Terminal de ómnibus”, en la calle Misiones al 100 de donde saldría nuestro
micro con destino a San Salvador de Jujuy.
El buen hombre que nos había vendido los pasajes al módico
precio de $220 cada uno, nos dijo que estemos en el lugar una hora antes, si deseábamos
elegir nuestros asientos, ya que no son numerados. Este tipo de micros, es de
la misma categoría de cualquier otro que salga de Retiro, la diferencia esta en
que estos se dedican a llevar y traer gente de los tours de compras y al no
tener oficina en Retiro, no pagan los impuestos que la Terminal cobra a las
empresas, esto se ve reflejado en el valor al publico del pasaje.
Al llegar a dicho lugar, nos despedimos de mi mama y hermana
Bettina y por supuesto muy emotivamente de Zato. Al visualizar la cola de
espera del micro, notamos que éramos los únicos dos pasajeros que no éramos de
Jujuy, ya que estos son utilizados por un publico en su mayoría local “si se
habla del Norte”, y algún que otro mochilero audaz…como nosotros.
Luego de una hora de retraso y un breve encuentro con
Liliana, la mama de Mati, subimos al micro con una gran adrenalina y
expectativa de nuevos horizontes.
Al los 20 minutos de viaje, uno de los conductores del
micro, paso a ver si la gente estaba bien, y luego pidió por el alto parlante
que el uso de los baños sea prudencial ya que el viaje era largo (20 a 22 horas) y ellos podían
parar si algún pasajero lo necesitaba.
La atención y el manejo de los chóferes, fue realmente
impecable durante todo el trayecto, no cambiaria mi decisión de optar por este
viaje alternativo por nada y lo recomendaría a todos aquellos que deseen viajar
al Norte desde Buenos Aires.
La primera parada, fue en una gran estación de servicio en
Ameghino, Santa Fe.
Nuestro menú no estaba librado al azahar ya que teníamos
unos sándwich de pan casero hecho con mis propias manos y unas frutas para el
postre. Disfrutamos de nuestra cena bajo una luz alógena y mil cascarudos
suicidas que tenían como destino final, mi cabeza. Tome un paseo por el
interior del gran lugar y observe los productos a la venta, lo que mas me llamo
la atención, fue una gran juguetería llena de colores.
Al subir al micro una película de Mel Gibson y un Valium
fueron la razón de luego de diez horas despertar placidamente con el sonido de
la lluvia en lo que seria el segundo parador para desayunar, Fernández,
Santiago del Estero. Sentía que algún duende había masajeado mi cuerpo durante
la noche, la mágica pastilla me ayudo a relajar mis músculos de pie a cabeza.
Una torrencial lluvia despejo mis sentidos por el gran chapuzón
que me dí al cruzar el camino que me llevaba a la cafetería. Aproveche el
momento para darme una refrescadita facial en el baño mientras me deleite con
una jugosa conversación entre tres prostitutas que reían sin parar. Al volver a
la mesa donde me esperaba Matías, se inicio una conversación con dos mujeres,
madre e hija que nos hicieron una recomendaciones acerca de Jujuy y la policía,
vaya a saber porque la mujer mas parecida a “ El Piti” el cantante de “Viejas Locas”,que vi en mi vida, pensó que necesitaríamos sus consejos; igualmente
alegraron pintorescamente mi mañana.
El micro arribo a San Salvador de Jujuy a las 18 horas, por
suerte, la lluvia había cesado…al menos por un rato. Al conseguir nuestro
equipaje, una banda de carnaval nos dio la bienvenida a todo trapo. Rápidamente
buscamos el colectivo de la línea 11
A, con destino a Yala, ubicado a 15 Km. aproximadamente de San
Salvador. Mientras esperamos el colectivo, hablamos con algunos locales y
observamos los tantísimos puestos de comida, panaderías, sándwich de milanesa
hechos a la vista del comensal y “Salchipapa” algo que aun no he comido aun,
pero que sin duda haré.
Yala.
Yala, es un pequeño poblado ecológico de camino a
Humahuaca, a 1200 M.S.N.M, lo que lo hace
un lugar ideal para la adaptación a la altura, cosa fundamental, si se quiere
subir por la provincia, ya que la geografía va en ascenso hacia el punto Norte
del país.
La gente local, anuncia con humildad, que Yala es solo un
lugar de paso para viajeros, pero no es solo eso, esconde maravillas que
esperan ser descubiertas por el viajero a cada paso.
Yala esta cercada por cerros, arroyos y el rió Yala, también
es zona de Yungas, y un lugar con contaminación Cero. La abundante vegetación,
hace que el lugar esta totalmente oxigenado, lo que permite una eficaz
oxigenación del cuerpo en contraste con la puna, donde el clima es seco.
La hoteleria de la zona es bastante amplia, hay oferta de
todas las categorías, hostales, cabañas, camping y bungaloes.
La gente de “La casona del camino real”, nos invito a
conocerlos, y por supuesto, fuimos encantados.
Al llegar, una
impactante entrada de verdes pastizales y un largo camino de piedra anunciaban
la recepción del hotel. Fuimos amablemente recibidos por Ana Luz Zabala, encargada y anfitriona del establecimiento,
por quien fuimos conducidos a una de las siete habitaciones que el hotel tiene
para ofrecer a sus pasajeros.
Luego de descansar un rato, salimos a recorrer el lugar, ya
que teníamos pactado un informe para la guía de hoteles de El Disfrute, de Mar
del Plata.
Un parque trasero que incluye un estanque con cascada de 3 hectáreas parquizadas
de las 8 que conforman el predio, hacen el lugar ideal para la meditación y la
lectura.
Un cristalina piscina a lunares celestes y azules es el
cuadro natural al que se accede desde la suite nupcial, que incluye hidromasaje, un confortable cama
King size, plasma y Dvd, esto ultimo, puede parecer algo banal, pero no lo es
si tu estadía es entre los meses de Enero y Febrero, ya que contrario a lo que
podría creerse, en el Norte, es época de lluvias.
El salón comedor cuenta con capacidad para 200 personas, ya
que también se utiliza para eventos y resto gourmet, especializado en Cocina de
altura, con una amplia carta diseñada por Franco……propietario y chef del hotel,
quien heredo la pasión de su abuela materna por la cocina. La carta incluye, carnes de llama, cordero y la
especialidad de la zona, trucha de Yala.
Una actividad fundamental que no se puede dejar de lado si
se visita Yala, es la caminata a los Lagunas, ubicados a 2000 mts de altura, se
puede acceder a ellos a pie, en auto o bicicleta por un empinadísimo camino de
ripio de 8 km.
Al comenzar nuestra caminata, no habíamos tenido en cuenta,
ni el horario, ni el clima, ni la lejanía del destino de la expedición. Al
salir del hotel, hicimos Autostop a un automóvil que pasaba por allí,
amablemente accedió a llevarnos hasta el comienzo del camino de ripio, desde
donde se comenzaban a contar los kilómetros. Luego de un largísimo rato de
caminata aproximadamente unos 3
Km. en subida, mi cuerpo comenzó a cansarse por demás y comencé
a tratar de convencer a Matías, de hacer dedo nuevamente. Gracias a Dios, una
camioneta Ford Ranger roja, pasó a nuestro lado y decidió llevarnos. Una mujer
de unos 40 anos manejaba como una experta por los caminos de cornisa, mientras
nos contaba que ella había trabajado hace ya algunos anos de guardaparque y conocía
muy bien esos cerros y sus secretos, ahora se dedicaba a la producción de
moras, arandanos y frambuesas en su finca en lo alta de cerro. También nos
advirtió acerca de la lluvia que se avecinaba y del abrupto descenso del clima,
por tal motivo decidimos visitar rápidamente la primer laguna “El comedero” y
luego ver como estaba el clima para continuar…o regresar.
Al descender hacia la laguna, una extraña sensación de estar
en otro lado, nos invadió por completo, si el día hubiera tenido un tinte liliáceo,
podría asegurar que era el envoltorio de un alfajor Milka. La cabaña, la
vaquita y el lago, solo faltaba la nieve, si una nave alienígena me raptara y
me dejara allí, podría asegurar estar en el sur del país, en Suiza, pero sin
dudas…..no en Jujuy!
Luego de contemplar el paisaje, apreciar el silencio y respirar
el aire puro, tal como había vaticinado la Mujer de la finca, la temperatura comenzó a
descender rápidamente. Al dar los primeros pasos para retornar, la suela de mis
Niké ultra hermosas y cómodas proporcionadas por mis amiga del alma Gigi, se desprendieron
por completo, primero una, luego la otra, Matías las reparo momentáneamente con
banditas elásticas, pero no sirvió por mucho tiempo, me tropecé varias veces
con mis propios pies y aun me quedaban 8 kilómetros en bajada
de ripio y la lluvia amenazaba con hacerse presente, finalmente las dos suelas
de desprendieron por completo y comenzó a gastarse la goma espuma interior, con
cada paso sufría por mi amiga que tan generosamente me había prestado su
calzado, pero no había remedio, las zapatillas estaban rotas…y sin arreglo. Con
algún kilómetro de zapatilla gastada encima, un automóvil paso a nuestro lado y
una vez mas, la suerte estaba de nuestro lado, nos hicieron un lugar en el
asiento trasero para llevarnos de vuelta al hotel. No recuerdo el nombre de los
pasajeros del auto, pero el conductor y una de sus pasajeras quien era su
comadre, planeaban el bautismo de Marino, el pequeño hijo del conductor, en una
de las tantas cascadas, así que de regreso, paramos a hacer una mojadita en
todas las pequeñas cataratas, para ver cual seria la elegida para tal ocasión,
mientras su anciana y dulce abuelita, aguardaba en el auto nuestro regreso.
Durante el trayecto
podrán hacer avistaje de aves, bañarse en alguna de las tantísimas cascadas que
bajan con furia desde lo alto del cerro, observar “La Quebradita”, los “Altos
hornos Zapla” y su humo eterno, también se practica la pesca del salmón y la
trucha si se esta equipado.
Recomendaciones: Salir temprano por
la mañana, calzado apto para la caminata, protector solar, repelente para
mosquitos, agua y alguna ropa de abrigo ya que el clima puede cambiar
abruptamente.
Al regresar al hotel un casamiento
de 170 personas invadía las instalaciones y daban lugar a una gran fiesta.
Conversamos con el barrillero quien nos convido un exquisito y tierno asado de
tira. Al caer la tarde, la lluvia se abrió camino con todo y nos impidió salir
del lugar. Generosamente Ana Luz, nos ofreció parte del menú del evento para
que no tengamos que mojarnos al salir en búsqueda de nuestra cena.